Con el desarrollo de las Ciencias Sociales en la segunda mitad del XIX y dado que conceptos como «chusma» no son adecuados para un tratamiento académico, se establece un nuevo término tomado de la Física; «masa» («Magnitud física que expresa la cantidad de materia que contiene un cuerpo«, «Mezcla que proviene de la incorporación de un líquido a una materia pulverizada, de la cual resulta un todo espeso blando e inconsistente» Definición RAE) que presenta la sugerente ambivalencia de referirse a una magnitud física y, simultáneamente, a algo dotado de plasticidad ya que puede cambiarse su forma mediante un «amasado» que conlleva un proceso de «manipulación». El populacho se ha convertido en «masa» o mejor «masas» en aras a un mayor prestigio científico. El comportamiento, las emociones, los sentimientos de la «masa» social pueden ser «amasados», vale decir manipulados. La «masa» se convierte así en objeto de estudio para las emergentes Ciencias Sociales. Se trata de hallar las pautas de su comportamiento y los mecanismos de manipulación.

En 1.895 Gustave Le Bon, médico francés, publicó un libro tan citado como poco leído «Psicología de las masas» . Para el autor, las personas agrupadas en masas/rebaños pierden sus caracteres individuales y pasan a opiniones y comportamientos gregarios e irracionales, es decir; propios y característicos del nuevo protagonista social «las masas». La Psicología pretende un estudio científico que permita el establecimiento de «leyes» que gobiernan el comportamiento individual y colectivo. Una lectura atenta y sin prejuicios de la obra nos permite situarla como un fruto muy característico del momento y respuesta analítica elocuente de los grupos dominantes para conjurar la posibilidad de cambios sociales indeseados. Para calibrar el alcance y profundidad del discurso característico del liberalismo moderado de la época te ofrezco algunas muestras:

«Hasta ahora, el papel más claro desempeñado por las masas ha consistido en las grandes destrucciones de civilizaciones envejecidas. La historia enseña que en el momento en que han dejado de actuar las fuerzas morales, armazón de una sociedad, la disolución final es efectuada por estas multitudes inconscientes y brutales, calificadas justamente de bárbaras. Las civilizaciones han sido creadas y han estado guiadas hasta ahora por una reducida aristocracia intelectual, jamás por las masas que no tienen poder más que para destruir»

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