Continuación, tercera entrada de esta serie. para ver entradas anteriores pica abajo en la pestaña «entrada anterior»

No voy a hablar del reinado de Enrique III, de su manera de gobernar, de sus prácticas sexuales. Sus 14 años de reinado, 1.575-1.589, transcurren en la vorágine sangrienta de las llamadas «Guerras de Religión». En el verano de 1.589 los rebeldes tienen Paris, Enrique está en el castillo de Saint Cloud planeando recuperarla. El 31 de julio llega un monje dominico Jacques Clement, afirma proceder de Paris y ser portador de unos documentos secretos y de una información de máxima importancia que solo pude ser entregada al rey en persona.

Son las ocho de la mañana del uno de agosto, el rey acaba de levantarse. Su favorito Roger Bellegarde le informa de la solicitud de audiencia urgente de Clement. El rey accede. Acompañado por Bellegarde, Clement es recibido. El rey se encuentra sentado en la «chaise percée», sillón con el asiento perforado bajo el que se instalaba un orinal. Está vestido con un camisón o camisa ligera. Clement solicita ser escuchado solamente por el rey. Enrique ordena a Bellegarde que se aleje a un rincón de la estancia. Clement entrega unos documentos, Enrique se levanta y se acerca a una ventana para poder leerlos, Clement se inclina como si fuera a decirle algo al oído. En ese momento extrae un cuchillo oculto y asesta una cuchillada en el bajo vientre del monarca. Forcejeo. Bellegarde hiere a Clement con su espada mientras grita: «Au secours! un assassin ! le roi est toué!» entran los miembros de la Guardia, el rey se sujeta los intestinos gritando «Ah! le méchant moine, il m’a blessé!». Los guardias rematan a Clement. Los médicos atienden al monarca, le colocan los intestinos y suturan. Al día siguiente Enrique III muere por una fulminante peritonitis. El sucesor Enrique IV comienza a actuar de inmediato. Va a ocurrir algo sorprendente.

En el ordenamiento judicial francés existía el llamado «Procès au cadavre» «Proceso al cadáver». Se podía, incluso se debía, juzgar, sentenciar y aplicar la sentencia a un cadáver. Aquí tienes los dictámenes de dos eminentes jurisconsultos franceses de la época.

Jean Papon en su «Recueil d’arrestz notables des cours souveraines de France» Lyon 1.556. Afirma:» La Ley prohíbe aplicar suplicios a un cuerpo muerto. Sin embargo está permitido en algunos casos debido a la enormidad del delito». Pierre Ayrault en «L’Ordre, formalitè et instruction judiciaire» Paris 1.604. Indica: «El «juicio al cadáver» es una consecuencia del enorme crimen de lesa majestad, por lo que este crimen no prescribe y el «juicio al cadáver» puede tener lugar después de la muerte».

Inmediatamente, Enrique IV ordena a François du Plesssis de Richelieu que ponga en marcha el «juicio al cadáver» de Jean Clement. Se toma declaración a 9 testigos presenciales; Bellegarde, el médico y diversos miembros de la Guardia Real. Las he leído, salvo algunos pequeños detalles, todas coinciden con lo indicado. Rápidamente acaba el juicio. Aquí tienes la sentencia.

«Le roi étant en seu Conseil, après avoir ouï le report fait par le sieur de Richelieu, Chevalier des Ordres, Consiller de son Conseil d’Ètat, Prévost de son Hostel et Grand Prévost de France, du procès fait au corps mort de seu Jacques Clement, jacobin, pour raison de l’assassinat commis en la personne de seu bonne mémoire Henry de Valois, naguère roi de France et de Pologne. Seu Majesté, sur l’avis de soudit Conseil, a ordonné que ledit corps dudit seu Clement soit tiré à quatre chevaux; ce fait, ledit corps brulé et mit en cendres, jeté en la rivière à ce qu’il n’eu soit à l’avenir aucune mémoire. Fait à Saint Cloud, sadite majesté y étant, le deuxième jour d’aout mil cinq cent quatre vingt-neuf. Signé: Henry. Et plus bas: Ruzé. Ledit jour exécuté audit Saint Cloud»

«El rey estando en su Consejo, después de haber oído el informe realizado por el señor de Richelieu, Caballero de Órdenes, Consejero de su Consejo de Estado, Prevoste de su Casa y Gran Prevoste de Francia, del juicio hecho al cuerpo muerto de Jacques Clement, dominico, con motivo del asesinato cometido en la persona de Enrique de Valois, anterior rey de Francia y de Polonia. Su Majestad, de acuerdo con el dictamen de dicho Consejo, ha ordenado que dicho cuerpo de Clement sea tirado por cuatro caballos, hecho esto, dicho cuerpo quemado y hecho cenizas, sea arrojado al río para que no sea recordado. Hecho en Saint Cloud, estando allí su Majestad, el día dos de agosto de mil quinientos ochenta y nueve. Firmado: Enrique. Y más abajo: Ruzé. Dicho día ejecutado en Saint Cloud

Después de matarlo, a las ocho de la mañana del día uno, los guardas arrojaron el cuerpo de Clement por una ventana. Allí estuvo, desnudo de cintura hacia arriba mostrando sus heridas. En cumplimiento de la sentencia del «Procès au cadavre», fue descuartizado por cuatro caballos atados a sus brazos y piernas, quemado y sus restos arrojados al Sena.

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