Jaime Capmany fue un maestro en el arte del insulto, ahora bien, rara vez pasaba en una tanda de la media docena. El pasado 4 de mayo, Arcadi Espada publicaba en el diario «El Mundo» esta columna:

«Figurilla, chuchumeco, drope, avechucho, renacuajo, sacabuche, gurrumino, lipendi, paria, guiñapo, calandrajo, echacantos, sacapelotas, cascaciruelas, espantanublados, pelagatos, pelgar, pelafustán, pinchaúvas, espantajo, zaragate, mondrego, andarrio, zabulón, bergante, sollastre, pardal, pendón, rufián, deshonrabuenos, bacín, aina, zurriburri, zascandil, zaramullo, peal, badulaque, quídam, zarramplín, trompeta, petate, ñiqiñaque, randa, perillán, apunte, guaja, ficha, rejuz, miembro podrido, bribón, furris, endino, alquilón, bahúno, ínfimo, terrero, rahez, ledro, desorejado, astroso, desmirlado, enalmagrado, espernible, menudo, mangorrero, echadizo, chamagoso, civil, infando, vahanero, chambre, gatallón, malandria, belitre, mantés, mantillón, bellaco, ludio, maco, tuno, truhán, escurra, charrán, consentidor, echacuervos, bribiático, hampo, hampón, alfarnate, galopín, gofo, ganforro, ribaldo, carcamán, cataté, aporreado, fregado, saramugo, elemento, parapoco, maxmordón, zorzal, morral, marmolillo, zamacuco, candelejón, cacaseno, sinsonte, zampabollos, papanatas, autómata, camueso, bucéfalo, ciruelo, mamacallos, leño, bolonio, zoquete, adufe, asnejón, tontucio, dundo, bobático, babieca, chocho, pavitonto, apantallado, mentecato, meliloto, bolotardo, porro, lila, gilí, fato, cipote, celestial, menguado, gurdo, bozal, tolondro, boto, gofo, brozno, pasmón, cantimpla, motolito, zurumbático, blanco, panoli, sandio, sansirolé, bausán, zolocho, petimetre, virote, gomoso, gótico, roto, fifiriche, ninfo, merino, físico, doctoral, enflautado, repulgado, lamido, tieso, engolillado, sentimental, estigio, amolador, ahuizote, corrumpente, empecatado, metemuertos, ojalatero, moñista, principote, negro, asocarronado, retobado, guitarrón, caín, nene, fariseo, barrabás, pollastre, bu, tracalero, bacallar, taquín, salvatierra, maula, trufador, marfuz, droguista, invencionero, paradislero, soñador, nebulón, hebén, tenue, insipiente, corta pala, corto sastre, baturro, charro, sayagués, machín, payo, jíbaro, tío, ayuno, cermeño, gaznápiro, barbaján»

Termina la columna con una rebolera: «Petrus in cunctis» es decir; «Pedro en todo»

No voy a entrar en si al Presidente de Gobierno Pedro Sánchez le cuadran todos, algunos o ninguno de los insultos, lo que me llama la atención es el magnífico arsenal puesto al servicio del arte de insultar. Mañana sigo.

Continuará. Para ver entradas posteriores, pica abajo en la pestaña «entrada siguiente»